De acuerdo con Palabritas y palabrotas. Glosario de términos patrimoniales para el fomento del turismo en México, el término colección es definido así: “Conjunto de cosas análogas o de una misma clase reunidas para constituir un objetivo concreto ¹.” Además, agrega lo siguiente: “Conjunto de objetos u obras que conforman los fondos de un museo o de una Universidad ².” En este Catálogo de las colecciones de la Universidad de Costa Rica, se presenta una parte representativa de las 195 colecciones −conformadas por esos objetos análogos− que resguarda la Universidad de Costa Rica (UCR), en diferentes unidades académicas.

Las colecciones de la UCR han sido constituidas de diversas maneras. Primordialmente, el proceso de coleccionismo se ha dado como parte de la vida cotidiana de sus académicos, es decir durante sus labores de docencia e investigación. Asimismo, la UCR ha asumido la protección de bienes patrimoniales bajo otras circunstancias. Este es el caso de la colección más antigua de la UCR: los yesos y litografías de la Escuela de Artes Plásticas (EAP), provenientes de Francia. Estas consisten en copias de esculturas relevantes del arte Occidental, realizadas mediante vaciado en yeso, y litografías con diversos motivos, como anatomía humana, esculturas de la tradición grecorromana, animales, plantas y paisajes. En 1897, ambas colecciones fueron adquiridas por el Estado costarricense, cuando se fundó la Escuela Nacional de Bellas Artes; en 1940, esta y dichas colecciones pasaron a formar parte de la UCR.

Otro ejemplo es la colección de caricaturas de Hugo Díaz Jiménez, custodiada por el Museo de la Universidad de Costa Rica (Museo UCR). En el 2014, esta fue adquirida por la UCR, dado su valioso contenido y calidad plástica. Hugo Díaz Jiménez ha sido uno de los maestros de la caricatura en Costa Rica, cuyas obras son una rica fuente de investigación para ser estudiadas desde diferentes disciplinas. Asimismo, se han obtenido colecciones por medio de donaciones.

En síntesis, la UCR se ha preocupado por colectar, acopiar, proteger, conservar e investigar bienes patrimoniales que forman parte −principalmente− de la herencia cultural y natural de Costa Rica. Como sociedad, esto implica contar con referentes identitarios, los cuales contribuyen a brindarnos un sentido de comunidad. Para que esto se alcance, las personas encargadas de las colecciones generan información y conocimiento a partir de estas. A su vez, esto se debe hacer llegar a públicos muy diversos −por ejemplo, personas de diversa escolaridad, adultos, y adultos mayores−, según sus requerimientos y necesidades específicas. El propósito es tener una mejor comprensión de nuestro entorno, de nuestra cultura, de nuestro pasado y presente. En esta tarea, contribuyen diariamente las colecciones de la UCR.

Este Catálogo de las colecciones de la Universidad de Costa Rica pretende evidenciar y divulgar el acervo que protege la UCR. Además, se manifiestan años de arduo y comprometido trabajo por parte de sus curadores(as), investigadores(as), docentes y estudiantes en pos del conocimiento. La publicación se dividió en siete áreas con la intención de agrupar las colecciones que tienen semejanza o relación y, así, brindar una idea más clara de sus contenidos. Dichas áreas se definieron así: artes visuales, bibliotecas y archivos, colecciones vivas, historia natural, historia y memoria, museos y salud.

Una de las funciones del Museo UCR es favorecer la divulgación de las colecciones de la UCR y el conocimiento generado por estas. Por eso, en el marco del 10° aniversario del Museo UCR, así como en el 80 aniversario de la UCR, nos es muy grato celebrarlo con la presentación del Catálogo de las colecciones de la Universidad de Costa Rica, en otras palabras, el Museo UCR al servicio del conocimiento.

1 Luisa Fernanda Rico Mansard (Coord.), Palabritas y palabrotas. Glosario de términos patrimoniales para el fomento del turismo en México, México, D.F., Instituto Internacional de Filosofía, Universidad Intercontinental, 2010, p. 40. El corchete es de la autora de la Presentación.

2 (Loc. cit.)

“El Universo requiere la eternidad...
Por eso afirman que la conservación de
este mundo es una perpetua creación,
y que los verbos conservar y crear,
tan enemistados aquí, son sinónimos en el Cielo.”
Jorge Luis Borges, Historia de la Eternidad

Si nos preguntamos: “¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?”, seguiremos debatiendo. Pero si la pregunta se plantea en términos museológicos, sería la siguiente: “¿Qué fue primero, las colecciones o los museos?” La investigación y la historia nos conduce a contestar las colecciones.

En efecto, el coleccionismo y las colecciones anteceden a la entidad museística. El coleccionismo nace con la sedentarización y la agricultura. Las sociedades nómadas solo “colectaban” aquello necesario para transportar, sobrevivir, cazar, comer y reproducirse. En ese constante movimiento, no podían llevar más cosas de las requeridas para perdurar como especie. Una vez asentados y con la agricultura podían tener y guardar más “cositas”.

Con la sedentarización, ya no bastaban los tres elementos de la trilogía de la supervivencia −viandas, vestimenta y vivienda− para definirse como homo sapiens. Ahora asentados, requerían de otros haberes: más herramientas, armas, arte, música, propiedades y estatus social, económico y político. También necesitaban objetos, ya no solo para el uso general, sino para su uso simbólico, sacro, de prestigio y poder social. En este contexto, es que nacen las colecciones y, mucho después, los museos.

Imagínense un país, una sociedad o una universidad sin colecciones. Imagínense la Universidad de Costa Rica (UCR) sin colecciones. ¿Qué pasaría con la investigación, la docencia y la acción social? ¿Qué harían los visitantes de museos, los investigadores, científicos, profesores y estudiantes de biología, artes, antropología, geología, historia, agronomía, microbiología, medicina, etc., para estudiar la biodiversidad, el arte, la cultura, la historia del país y sus gentes?

Por dicha, sí las hay; sí existen las colecciones. ¡Qué gran bendición que estas son una realidad y también los museos! Gracias a las colecciones y a la magnánima labor de los museos, sabemos del extinto pájaro Dodo (Raphus cucullatus), conocemos de cosas, de pasados, de especies, de obras de arte, de gentes y −¿por qué no?− de presentes y futuros.

Las colecciones son universos, llenas de sorpresas, abundantes en colores, pletóricas de curiosidades, nada efímeras en bondad. Son bancos de información. Cuentan con curadores, navegantes que en sus aguas develan mareas, corrientes y devenires. Gran parte del conocimiento actual que tenemos sobre el universo, el planeta, la flora, la fauna y la gente, procede de las colecciones, que afanosamente personas y entidades museísticas han colectado, conservado, catalogado, investigado y expuesto al público. Belleza, diversidad, complejidad, funcionamiento, conceptos, ideas, aromas, colores, texturas, sonidos y sabores. Sí, mucho de eso se desprende de nuestro conocimiento y contacto con los objetos y colecciones.

Las colecciones son parte esencial de los museos y de las Universidades. Estas se componen de objetos, artefactos, especímenes, muestras. Las colecciones custodiadas en los museos y en las Universidades son patrimonio local, regional o nacional y, en nuestro caso, patrimonio universitario. Las colecciones son bienes culturales que expresan un tiempo y un espacio, ya sea cultural o natural. Fueron creadas o generadas por gente y, por ende, representan procesos sociales y naturales, procesos humanos. Las colecciones están compuestas de “...objetos y materiales esenciales para el estudio de las humanidades.” ¹ Las colecciones representan únicos e irremplazables recursos de un país.
Las colecciones universitarias son por excelencia repositorios de diversos tipos. La importancia de las colecciones universitarias radica en las propiedades que estas poseen, dentro de las cuales se pueden destacar las siguientes:

• Las colecciones que albergan los museos universitarios expresan el trabajo y esfuerzo de sus docentes, investigadores(as) y estudiantes, quienes han recolectado objetos que muestran la historia natural, social y cultural del país o de la región.
• Son importantes para realizar estudios comparativos y de referencia tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales.
• Muestran parte de la biodiversidad, así como de los productos de la cultura tangible e intangible de la sociedad y “…las colecciones biológicas son los depositarios de la biodiversidad,…”²
• Por su carácter interdisciplinario, las colecciones son un reflejo del espíritu humanista y universal de la institución. Las colecciones no solo representan el área geográfica en donde la universidad y el museo se ubican, sino también pueden ser del país y de otras naciones.
• Por su diversidad, las colecciones permiten y fortalecen los estudios interdisciplinarios; incluso, colecciones de un solo tipo pueden ser estudiadas desde diferentes campos del saber y arrojar diferentes resultados.

Desde sus inicios, las universidades han recolectado y agrupado colecciones con fines de docencia e investigación. Han acumulado entonces “…a lo largo de los últimos nueve siglos, un considerable patrimonio tanto tangible (edificios históricos, museos y colecciones) como intangible.”³ Las colecciones en esos centros de educación superior antecedieron a los museos universitarios.⁴

A partir de su fundación, en 1940, la UCR ha generado, desarrollado y custodiado colecciones de diversa índole. Incluso, tiene en su haber objetos y colecciones que pertenecieron a su antecesora, la Universidad de Santo Tomás (1843- 1888).

Por su naturaleza multidisciplinaria, humanista y universal, la UCR posee diferentes tipos de colecciones, las cuales representan diferentes campos del saber. Al presente, la Institución posee 195 colecciones. Esas colecciones son testigos y evidencia de la cultura material, espiritual y natural del país y de otras áreas. Estas consisten en artefactos, obras de arte, material histórico, tecnológico y arqueológico, minerales y fósiles, así como muestras y especímenes de historia natural, incluso ejemplares vivos.

Las colecciones de la UCR se utilizan en las tres funciones primordiales de la Institución: docencia, investigación y acción social. Están distribuidas en las unidades académicas, sedes, recintos, museos especializados y museos regionales, institutos y centros de investigación, bibliotecas, archivos, herbarios, laboratorios, bosquecitos, jardines botánicos, reservas biológicas, estaciones y fincas experimentales.

Las colecciones son patrimonio del país, cuyo bienestar está a cargo del Estado costarricense. Este a su vez encarga dicha tarea a instituciones públicas como la UCR. Por lo tanto, las colecciones que la Institución tiene bajo su custodia son parte del patrimonio nacional. Nuestra Institución, por medio del Museo UCR y de otras instancias, tiene la enorme función de velar por la conservación y bienestar de estas.

Las colecciones deben ser accesibles a la población, a los diferentes usuarios, independientemente de su educación, estatus social, económico, político o artístico. Este concepto debe ser siempre observado por la UCR. Por eso, son tan importantes las exposiciones y las actividades educativas que implican el uso de esas colecciones.

El cuidado de las colecciones es la obligación primaria de toda entidad museística y, por ende, de los museos y las colecciones universitarias. De acuerdo con la American Association of Museums (AAM): “Como depositarios de nuestro patrimonio nacional, los museos son responsables de preservar y mantener las colecciones, y capturar y transmitir el conocimiento acerca de estas.”⁵ La disponibilidad de las colecciones para la docencia, investigación y acción social es una acción apremiante de estos museos.

Para el manejo y custodia de sus colecciones, el Museo UCR seguirá los principios expresados en sus documentos habilitadores:

• “Código de Ética del Museo UCR”
• “Política de Colecciones del Museo UCR”
• “Directrices para el manejo de las colecciones del Museo UCR”
• “Manual de Registro de Colecciones del Museo UCR”

Actualmente, para el Museo UCR, las tareas en torno a las colecciones de nuestra Alma Mater incluyen:

• En el caso del Museo UCR, contar con un edificio propio con las condiciones idóneas para llevar a cabo sus funciones museísticas.
• Mejorar las condiciones de las áreas de acopio de las colecciones.
• Mayor presupuesto para mejorar y seguir proveyendo bienestar a sus colecciones.
• Más y constante capacitación para el personal (curadores, encargados de colecciones, etc.).
• Promover la práctica de la conservación preventiva en todas las colecciones de la UCR.
• Crear el Centro-Taller de Conservación y Restauración del Museo UCR.
• Fomentar la investigación en torno a las colecciones.
• Continuar con la curaduría, diseño y montaje de exposiciones sobre las colecciones de la UCR y del Museo UCR.

Las colecciones de la Institución son el producto del trabajo de curadores, encargados, investigadores, profesores y estudiantes, quienes en 80 años han laborado para dejar a la UCR un tremendo bagaje de conocimiento. Sin ellos y sin el apoyo de la UCR, ese conjunto de colecciones no sería posible. El Catálogo de las colecciones de la Universidad de Costa Rica, que el Museo UCR presenta a la comunidad universitaria y al público, es un homenaje a toda esa gente que formó, forma y formará colecciones. Al caminar por las páginas del Catálogo, los lectores se darán cuenta de la cantidad, diversidad y complejidad de este invaluable patrimonio. A la vez, comprenderán la enorme misión que le compete a nuestra casa de estudios para seguir cuidando de esas colecciones, las cuales dieron, dan y darán cúmulos de conocimiento y experiencia a las pasadas, presentes y futuras generaciones.

1 American Association of Museums, Caring for Collections. Strategies for Conservation, Maintenance and Documentation. A report on the American Association of Museums project, Washington D.C, USA, 1984, p. 1.

2 Diana Paola Mesa Ramírez, “Protocolos para la preservación y manejo de colecciones biológicas”, Boletín Científico, Centro de Museos -Museo de Historia Natural, Vol. 10, enero - diciembre, 2005, p. 118.

3 Boylan, Patrick J. , “European Cooperation in the Protection and Promotion of the University Heritage”, Cuadernos de Estudios, N.° 11, Consejo Internacional de Museos, París, 2003, p. 30.

4 De Clercqc, Steven W.G., and Lourenço, “A Globe is just another Tool: Understanding the Role of Objects in University Collections”, Cuadernos de Estudios, N.° 11, Consejo Internacional de Museos, París, 2003, p. 4.

5 American Association of Museums, op. cit., p. v.

¿Qué tienen en común la pintura, el grabado, el video, la fotografía, la escultura, la caricatura y el mural? Son expresiones de la historia; del contexto en que se crearon, de sentimientos compartidos, de crítica social o representaciones de realidades distintas a la nuestra. Muchas de estas obras dan cuenta del desarrollo de la enseñanza y de la práctica de las artes en el país, lo cual las hace de gran importancia para la historia del arte costarricense. Las colecciones de artes visuales constituyen un patrimonio cultural que nos acerca y sensibiliza a la complejidad de la existencia humana.

Una carta que ya cumplió su cometido ha empezado a cobrar importancia; un libro impreso hace dos siglos espera paciente que alguien reviva sus historias; una partitura única ha sido rescatada del olvido. Dichos documentos forman parte de colecciones, las cuales son una ventana al pasado del país, poseen gran importancia para reconstruir la historia, fortalecer la democracia y la transparencia, y contribuyen a comprender mejor nuestro presente y futuro. Su conservación permite asegurarnos de que la información contenida pueda estar a disposición de futuras generaciones de investigadores(as).

Estas colecciones son particulares: se mueven, respiran, crecen. La mayoría se encuentra en espacios abiertos y dinámicos, donde se integran al contexto que les rodea. Tales sitios se convierten en reproductores de biodiversidad, prestan servicios al ambiente, son modelos para mejorar la producción agropecuaria y brindan, además, lugares para la investigación y la docencia. Para la conformación de colecciones vivas, se ha requerido de muchos años, no solo para la recolección de individuos －hongos, orquídeas y árboles, por ejemplo－, sino también para fomentar y comprender la relación entre estos.

Estas muestras representan la gran diversidad natural y conocerlas es esencial para comprender nuestra relación con el medio ambiente. Sean aves, rocas, madera o huesos, ya ninguno se encuentra en su contexto natural. Algunos estaban vivos, ya no; sin embargo, de alguna forma, se les da vida en estas colecciones al conservarlos y estudiarlos, porque contienen información valiosa, la cual nos ayuda a enfrentar los problemas más desafiantes que dicha relación (seres humanos-riqueza natural) plantea en la actualidad. Las colecciones de historia natural invitan a imaginar un mundo próspero, diverso y equilibrado.

Todas las personas guardan objetos que son importantes para su historia personal: fotografías, adornos y quizá hasta viejos aparatos. Como integrantes de una sociedad, también se atesoran objetos, los cuales son necesarios para reconstruir la historia colectiva y determinar el futuro que se quiere alcanzar. Se puede mirar tan lejos como los objetos lo permiten: echar un vistazo a la vida de quienes vivían en estas tierras mucho antes de la colonización europea o compartir el asombro por la innovación científica de los abuelos y las abuelas. Incluso, como comunidad universitaria, en muchos de estos objetos se aprecia el transcurso de años de docencia, acción social e investigación.

La Universidad de Costa Rica (UCR) cuenta con cinco museos que ofrecen actividades educativas y exposiciones temporales y permanentes, así como labores de investigación. Por medio de una proyección planificada, muestran durante todo el año sus colecciones al público, con lo cual se convierten en espacios dinámicos. En virtud del diálogo con quienes los visitan, conservan y dan valor al patrimonio de las comunidades que los albergan.

Las colecciones de Salud son de dos tipos; por un lado, está la de organismos de importancia para la salud humana y, por otro, la de objetos que han sido parte de la enseñanza de las carreras del área de salud, durante la historia de la Universidad de Costa Rica(UCR). Estas colecciones son un testimonio del camino recorrido por esta casa de enseñanza superior, a la vanguardia de la salud tanto en medicina preventiva como en el tratamiento de enfermedades. La conservación y la utilización ética de ambas colecciones son vitales para los retos que enfrentan la salud pública en Costa Rica, la investigación de soluciones y el mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas.