Ventana "U"

La universidad que viajó en el sonido

Carlos Garita
Bachiller en la Enseñanza de los Estudios Sociales
Estudiante de Historia y de Administración de la Educación No Formal
Asistente del Museo de la Universidad de Costa Rica

Inauguración de la Radio Universitaria. Fila inferior al centro: Fernando Baudrit Solera, rector de la UCR. Fila superior al centro: Carlos Salazar Herrera, director de la Radio Universitaria. Fuente: AUROL

El presente artículo busca dar a conocer uno de los primeros recursos que tuvo la Universidad de Costa Rica (UCR) para relacionarse con la población nacional: el establecimiento de una radio universitaria. Al viajar hacia las décadas de 1940 y 1950, no solo se observa la apertura de un nuevo espacio en la UCR, sino también aparecen los retos y las dificultades que se enfretantaron al abrir una emisora radiofónica.

La consolidación de la primera radio universitaria en el país permitió difundir contenidos informativos diferentes, de mayor calidad y profundidad. De esta manera, nuevas generaciones podrán observar las formas de comunicación que existían antes del dominio de las redes sociales.

La radio: un lugar para muchas personas

Para un gran número de personas, la radio ha sido un elemento cotidiano a lo largo de toda su vida; sin embargo, su llegada al escenario costarricense no dejó de ser socialmente revolucionario. Aunque ligeramente remozada, la San José de inicios del siglo XX no perdía ese aire de ciudad pequeña, casi aldea, como muchos de los viajeros que la conocieron lo reseñaron años antes.

En medio del trajín que producía el tranvía y los pocos automóviles existentes en ese momento, algunos almacenes se aventuraron a mostrar un invento que permitía escuchar señales producidas a kilómetros de distancia. El artefacto, propio de personas ligadas a la ciencia, se convirtió poco a poco en un artículo de lujo, ofrecido con orgullo por almacenes como Koberg.

La década de 1930 atestigua la consolidación de la radiofonía costarricense, en la cual aparecieron una diversidad de emisoras, aunque solo un puñado sobrevivieron el paso del tiempo. Estos son los años de radios como “La Voz de la Victor”, “Athenea” o “La Voz del Trópico”, en las cuales la publicidad descubrió un fértil terreno para llegar a sectores de la población que no habían tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir.

La oportunidad que no se podía desaprovechar

Mientras la radio llegaba a la década de 1940, convertida en el principal medio de comunicación en el país, la Universidad de Costa Rica nace en Barrio González Lahman, dentro de viejos edificios y con dificultades. A pesar de esto, no pasó mucho tiempo antes que las autoridades universitarias se dieran cuenta de su potencial educativo, pues se podían transmitir actividades que normalmente hubieran estado circunscritas a auditorios académicos.

Por este motivo, al inicio de la década de 1940, algunas conferencias llegaron a ser escuchadas en las frecuencias como “Radio Athenea” o “Radio Cristal”. Mientras tanto, se reforzaba la función social de la Universidad mediante el establecimiento del departamento de Extensión Cultural, al cual se le habia encomendado estrechar los lazos con la sociedad.

Dada la relativa facilidad con que se podía establecer una estación de radio, Enrique Macaya Lahman -entonces secretario general- propuso la idea de una emisora para la Universidad, en 1944. Sin embargo, la situación económica de la Institución era aún precaria y era de mayor importancia terminar los primeros edificios ubicados en los terrenos que albergan actualmente al Poder Judicial.

El proyecto resurgió en la rectoría de Fernando Baudrit Solera, quien comenzó a impulsar su materialización. Su propuesta fue crear una estación pequeña, de apenas un kilowatt de potencia, el cual cubriría dificultosamente la extensión que entonces tenia la ciudad de San José.

Ante este plan, profesores como Enrique Macaya y José Campabadal ofrecieron sus colecciones privadas de música, para que la nueva emisora tuviera un punto de partida. Rápidamente, se adhirieron más personas a esta iniciativa; inclusive, con esta idea, el estudiantado vio una nueva oportunidad para expresar sus posiciones ante diferentes temáticas.

La construcción de una estación de radio

La realización de esta propuesta no significó que los problemas se ausentaran; por el contrario, se dio una serie de dificultades que retrasaron la salida al aire de la emisora universitaria en varias ocasiones. El primer obstáculo a sortear fue la construcción de los equipos necesarios para iniciar las trasmisiones; esta tarea fue encargada a Eliot Coen, profesor de Física de la Institución.

Progresivamente, fueron comprados los implementos necesarios para la emisión de señales de radio; sin embargo, con el inicio de la Guerra civil de 1948, esta idea sufrió un nuevo atraso. La razón se debió a que, una vez terminado el conflicto, fueron decomisados equipos de importancia para la radio universitaria a uno de los docentes encargados del proyecto.

En 1949, se decidió que el sótano del entonces edificio central de la Universidad sería el espacio designado para albergar las trasmisiones. De esta forma, un año después fue inaugurada la primera estación de la UCR.

No obstante, la ambición por alcanzar un mayor territorio y la precariedad de las primeras instalaciones hicieron que poco tiempo después se planteara el traslado de la emisora a San Pedro de Montes de Oca, cuestión que se concretó en 1956. Este cambio de lugar abrió una oportunidad: construir equipos de mayor tamaño que ampliarían el alcance de las trasmisiones.

Esto permitió que poco a poco la radio de la UCR se convirtiera en un referente de la difusión de contenidos culturales diversos, los cuales comprendían conferencias, radioteatros, conciertos de música clásica, entre otros. En gran parte, esto fue posible gracias al trabajo de personas como Irma Bonilla, figura determinante en el desarrollo de esta iniciativa, al ser un de las primeras mujeres al ocupar un puesto administrativo en el ámbito radial.

Un resultado colectivo

Resalta cómo la concreción de esta emisora implicó la participación de personas que imprimieron sus visiones y conocimientos; de esta manera, se convirtió en una emisora diferente en cuanto a lo escuchado en ese momento.

La radio universitaria es también muestra de la forma en que un grupo de personas concibió la cultura y lo que era apreciable y digno de comunicar. Además, es un ejemplo de la manera en que la UCR, en su proceso de construcción, fue permeada por las visiones de personas que iban más allá de quienes ocupaban la rectoría.

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