Rodrigo Facio: una figura más allá de una estatua
Lic. Carlos Garita Víquez
Asistente del Museo UCR
Historiador, docente y administrador de la Educación no formal
Al acercarse al edificio de la Escuela de Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica (UCR), se visualiza una estatua de gran tamaño. Esa figura es la de Rodrigo Facio Brenes, rector, secretario general, académico y docente de dicha casa de estudios. No obstante, cabe preguntarse: ¿qué acciones realizó este personaje a lo largo de su vida para permanecer en la memoria universitaria, luego de 105 años después de su nacimiento? A continuación, algunas palabras que buscan responder esta pregunta.
Rodrigo Facio Brenes nació en 1917, en medio de tiempos agitados. Durante ese año Costa Rica atestigua un golpe de estado, mientras una gran parte del mundo se ve enfrascada en la Gran Guerra, conflicto que dificultaba las condiciones de vida a nivel internacional. Este personaje perteneció a una familia de personas intelectuales, pues su padre, Justo Facio, había desempeñado diversos cargos educativos, entre ellos: director del Liceo de Costa Rica y secretario de Educación Pública. Su madre también fue educadora, aspecto que marcó de manera decisiva los intereses culturales del joven Rodrigo.
Sus estudios secundarios trascurrieron en el Liceo de Costa Rica, momento en el que desarrolló sus primeros escritos. En la década de 1930, ingresó a la Escuela de Derecho, entidad independiente, previa a la creación de la UCR, donde cursó esta carrera. Su formación, por tanto, fue jurídica, aunque tempranamente se interesó por temas económicos. Dicho interés lo motivó a a desarrollar como tema de tesis el estudio de la economía costarricense.
Su participación política es también destacable, pues pertenece al grupo fundador del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales. Esta organización se oponía al gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia (1940-1944) y, a su vez, reflexionaba sobre los retos que enfrentaba el país en la década de 1940. Posterior a la guerra civil de 1948, participó en la Asamblea Constituyente, comisión encargada de la redacción de la actual Constitución Política. Dentro de este proceso, formó parte del grupo de personas que ejecutó el proyecto de constitución que fue propuesto –sin éxito– por la Junta de Gobierno establecida después de este conflicto bélico.
Previo a su papel como rector de la UCR, se desempeñó como secretario general de esta casa de estudios. Durante su rectoría (1952-1960) se generaron importantes cambios en los ámbitos educativos e infraestructurales. Por ejemplo, se realizó la reforma universitaria de 1957, en la cual se crean nuevas facultades como la de Ciencias y Letras, al igual que nuevas instancias académicas, como los Estudios Generales. Paralelamente Rodrigo Facio, junto a otras autoridades universitarias, le otorgó un apoyo decisivo a la creación de la Ciudad Universitaria. Este esfuerzo significó un reto significativo, pues implicó construir una serie de edificios en un corto tiempo, a través de los cuales se buscaba garantizar el espacio adecuado para nuevas generaciones de estudiantes.
En 1960, decide renunciar a sus funciones como rector, con el fin de aceptar un puesto en el Banco Interamericano de Desarrollo. Durante su paso por este organismo internacional, tuvo lugar su muerte en una playa salvadoreña en 1961.
A raíz de su importante papel en la historia de la UCR, un año más tarde la Ciudad Universitaria recibe su nombre. Su memoria ha sido nutrida con estatuas, obras académicas, exposiciones y conferencias, gracias a las cuales se destaca su papel como un personaje decisivo en la educación costarricense.
