Jorge Cortés: con el corazón en la Isla del Coco

Carlos Vindas Rojas
Estudiante de Comunicación
Asistente del Museo de la Universidad de Costa Rica

Fotografías: base de datos del Museo de la Universidad de Costa Rica

  • Docente de la UCR ha visitado la Isla del Coco en 35 ocasiones.

Apasionado por la docencia y la investigación, un profesor de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR) se adentró hasta lo más profundo de la Isla del Coco, sin imaginarse la conexión tan especial que afianzaría con este parque nacional.

Jorge Cortés Núñez, quien es especialista en biología marina y miembro del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), en el 2010, organizó tres expediciones a la Isla del Coco en compañía de científicos, químicos, oceanógrafos y biólogos de diferentes campos, gracias a una subvención otorgada por el Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial.

Con colegas de la Universidad Nacional, en el 2021, desarrolló el proyecto “Interacción océano-atmósfera y la biodiversidad marina del Parque Nacional Isla del Coco”, financiado por el Consejo Nacional de Rectores (Conare). Así, pudo realizar estudios novedosos que impulsaron el conocimiento sobre este territorio. La Isla del Coco ocupa el cuarto lugar ‒a nivel mundial‒ de los sitios más protegidos.

“El conocimiento ahora es muchísimo mayor, porque tenemos un arreglo con una empresa que tiene un submarino; entonces, se nos ha abierto una puerta mucho más profunda, porque buceando con tanques se puede llegar como a 50 metros de profundidad, mientras que con submarino podemos bajar hasta 450 metros”, cuenta Cortés.

Sin duda, haber visitado, a la fecha, 35 veces la Isla del Coco ha hecho de don Jorge un experto en la materia. Él reconoce que, aparte de su desarrollo científico, ha generado una conexión espiritual con este sitio tan emblemático, lo cual le ha impulsado a seguir trabajando en su posicionamiento.

“La Isla está muy lejos, solo se logra ir por medio de barco y es muy caro; entonces, las posibilidades para la mayoría de los costarricenses son prácticamente nulas. Así que siempre estuve con esa inquietud sobre cómo hacer para traer la Isla al continente”, revela el biólogo.

Con la idea de que las personas pudieran apreciar más la riqueza guardada en la Isla del Coco, Cortés se acercó al Museo de la Universidad de Costa Rica (Museo UCR) para trasladar la información disponible en artículos científicos a una exposición temporal. De esta manera, nació “Travesía por la Isla del Coco”, muestra que se mantuvo abierta al público durante 9 meses en el Museo Nacional de Costa Rica y registró la visita de más de 77 mil personas.

“Tengo una satisfacción de saber que logré mi objetivo de traer la Isla hasta el continente para crear una sensación de orgullo por parte de los costarricenses y que la gente diga: ‘Soy tico y tenemos la Isla del Coco’, es decir, que se llegue a tener una apreciación de este sitio tan maravilloso y su legado”, comenta.

Actualmente, la exposición fue donada y se encuentra de manera permanente en el Parque Marino del Pacífico, en la ciudad de Puntarenas. Sin embargo, el interés de Cortés y del Museo UCR por continuar llevando la riqueza biológica y la belleza escénica de la Isla a todos los rincones del país los llevó a hacer un duplicado más reducido de la exposición con un carácter itinerante. Esta ya ha sido montada en el Museo Regional de San Ramón y en el Museo Regional Omar Salazar Obando (Turrialba), ambos de la UCR. “Por la pandemia, ahora todo está guardado en una bodega, pero la idea es que, eventualmente, saquemos esa exposición y sigamos dándole vuelta al país por varios años”, afirma.

El próximo reto es trabajar en la elaboración de una exposición virtual, junto con el Museo UCR, donde los usuarios cibernéticos puedan ingresar ‒desde sus dispositivos‒ y hacer un viaje por la Isla del Coco con material interactivo que brinde una experiencia sensorial. “En esa exposición virtual queremos poner más animaciones, videos y fotografías que permitan entrar a la exposición y conocer la parte geológica sobre cómo se formó la Isla, el clima, la vegetación, el mar y sus maravillas desde la orilla de la playa hasta cientos de metros de profundidad y muchos otros elementos que la gente nunca ha visto”, asegura.

Para Cortés, trabajar de la mano con el Museo UCR ha sido sumamente enriquecedor, dado que esta unidad de investigación se ha encargado de dar a conocer las diferentes colecciones que, aunque él ha estado durante 40 años en la Universidad, no conocía. “Me parece que es un trabajo encomiable el que está haciendo el Museo por presentar y divulgar el acervo patrimonial”, reconoce.

“Muchas personas me comentan que es un orgullo que la Universidad de Costa Rica realice este tipo de proyectos hechos por costarricenses, los cuales sirven como ventana para el país y el mundo”, concluye.

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