Ventana "U"

Con la mira en el futuro y un título en las manos:
personas recién graduadas en la década de 1950

Carlos Garita Víquez
Bachiller en la Enseñanza de los Estudios Sociales
Estudiante de Historia y de Administración de la Educación No Formal
Asistente del Museo de la Universidad de Costa Rica

Imagen 1: Estudiantes se reúnen en las afueras del Paraninfo Universitario. Fuente: Aurol

Este artículo busca mostrar el panorama profesional al que las personas recién graduadas se enfrentaban y al papel desempeñado por la UCR en ese contexto, durante la década de 1950.

La vida profesional posterior a la graduación

Durante el decenio de 1950, las personas que asistían a una graduación de la Universidad de Costa Rica (UCR) podían sorprenderse de la gran cantidad de graduados(as) en carreras educativas. Esto no era fruto de la casualidad; para ese momento, el crecimiento acelerado de la población presionaba al sistema educativo costarricense para abrir nuevos cupos en las aulas nacionales. Sin embargo, esto solo podía ser posible si se formaba la cantidad suficiente de personas dedicadas a esta actividad.

Asimismo, se egresaron personas de otras carreras con gran demanda a nivel social, como Odontología. Cabe señalar que ‒en esta época‒ un número significativo de las personas que ejercían esta profesión no contaban con estudios académicos concluidos, por lo cual resultaba especialmente importante la formación de profesionales que pudieran atender la salud bucodental de la población con una mejor preparación.

Además, el crecimiento del Estado y de sus instituciones autónomas demandó una mayor cantidad de otros profesionales. Así, por ejemplo, se iniciaron los preparativos para la apertura de la Escuela de Medicina, meta que se concretó en 1961.

Lo anterior permite dibujar un panorama que carecía de una diversidad de profesionales en distintas áreas. El poder responder a esta necesidad no fue cosa fácil, pues la UCR fue la única universidad del país por mucho tiempo y solo contaba con una población estudiantil reducida. En las décadas siguientes, esto cambió progresivamente con procesos como la regionalización universitaria.

Se podría pensar que quienes se graduaban de esta casa de estudios se encontraban un panorama alentador al iniciar su vida profesional en medio de un país en crecimiento. Sin embargo, este era un contexto retador para los nuevos profesionales, pues podían hallar carencias materiales y técnicas en el desempeño de sus funciones.

La UCR y sus egresados

El graduarse de la UCR no significaba la ruptura del vínculo con esta institución, pues las personas graduadas continuaban siendo de interés para esta casa de estudios. Por ejemplo, en 1954, Hernán Bolaños ‒decano de la Facultad de Odontología‒ recurrió al Consejo Universitario para que este órgano solicitara a la Asamblea Legislativa liberar de impuestos al equipo de trabajo de quienes se habían graduado de esa facultad. Aunque esta medida no fue aprobada, muestra cómo esta unidad académica procuraba el beneficio de las personas graduadas.

De forma paralela, la Facultad de Pedagogía ‒hoy Facultad de Educación‒ decidió atender a su población egresada de manera más directa al abrir una oficina para tal fin. Dicha propuesta buscaba mantener una relación estable con las personas que se habían graduado en esta. Entre otras funciones, dicha oficina producía materiales impresos para las personas graduadas de las carreras educativas. A pesar del éxito inicial de esta iniciativa, en 1956, el Consejo Universitario decidió retirar su apoyo al aducir que esta no era una actividad prioritaria de la Facultad.

La anterior determinación no ocultaba una inquietud que se hacía presente en la educación universitaria: era necesario plantear programas de formación para las personas que habían obtenido una primera titulación. Esta idea continuó su camino hasta la década siguiente, cuando ‒en 1964‒ se aprobó el proyecto de la primera Escuela de Graduados, antecedente del actual Sistema de Estudios de Posgrado.

©2021UCR     Tels: 2511-5290 / 2511-5287     Enero 2022