Ventana "U"

Ecos de protesta: el mayo de 1968 en la UCR

Lic. Carlos Garita Víquez
Asistente del Museo UCR
Historiador, docente y administrador de la Educación no formal

Los periódicos nacionales retrataron los tratos arbitrarios a los que fueron expuestas las personas denominadas “hippies”. La República, 28 de mayo de 1968.

Durante 1968, el mundo fue testigo del despertar de una generación de jóvenes que decidieron encarar las problemáticas de su tiempo. Costa Rica vivió algunos episodios de esta agitación juvenil, sin llegar a darse multitudinarias protestas como en otras latitudes. En este artículo, se abordan los sucesos que tuvieron lugar en la Universidad de Costa Rica (UCR), durante mayo de aquel año.

Las protestas estudiantiles sacudieron 1968

El año de 1968 parecía iniciar como cualquier otro, en medio de una década que se encontraba fuertemente marcada por la Guerra Fría, las consecuencias que este conflicto imponía no dejaban de hacerse sentir. Si bien es cierto, los movimientos revolucionarios se habían extendido por casi todos los continentes, algunos países -especialmente europeos‒ seguían sin experimentar las demandas sociales por un cambio palpable.

Durante abril de 1968, Francia comenzó a observar las primeras muestras del descontento estudiantil universitario. Inicialmente, las protestas iniciaron en la Universidad de Nanterre, a raíz de las cuales un grupo de estudiantes fue llamado a declarar en París. La polarización de estos sucesos terminó por caldear los ánimos el 10 de mayo de 1968, momento a partir del cual se empezaron a observar manifestaciones multitudinarias. A estas se irían sumando otros sectores sociales, como las agrupaciones sindicales.

El mayo francés, como más tarde fue conocido, es el punto de partida de importantes reformas en ese país, pero especialmente fue el escenario que permitió reconocer el alcance que podían tener las protestas estudiantiles. Desde ese momento, otras manifestaciones serían vistas en países como Alemania, Estados Unidos y Argentina; sin embargo, fue en México donde las manifestaciones juveniles tuvieron un triste final.

En 1968, México se preparaba para ser la sede de las Olimpiadas, lo cual no solo había supuesto un gasto de importancia, sino también había aumentado las acciones violentas del gobierno para dar una imagen de seguridad y orden. Esto llevo a la violación de la autonomía legal en agosto de ese año, lo cual desató una huelga universitaria que se prolongó por varias semanas. En esta, aquella comunidad académica demandaba justicia por la represión que había experimentado desde meses atrás, además de la liberación de los presos políticos.

Las protestas no cesaron; el 2 de octubre fue convocado un mitin en la Plaza de las Tres Culturas en Ciudad de México. En esta actividad, se vivió la violencia extrema de los cuerpos de seguridad, pues asesinaron a gran cantidad de personas; además, hubo cientos de detenciones arbitrarias. Este sangriento suceso demostró que no todas las protestas estudiantiles podían concretar las metas que se habían planteado; en el caso mexicano, habían sido el respeto a las libertades políticas y el fin de la violencia policial.

El movimiento estudiantil contra la privatización de la educación superior

La sociedad costarricense no observó protestas como las antes mencionadas; sin embargo, la UCR experimentó agitación durante mayo de 1968. En ese tiempo, una discusión acaparó la atención de la comunidad universitaria; un grupo de profesores de la entonces Facultad de Ciencias Económicas y Sociales había decidido crear el ITAN (Instituto Técnico de Administración de Negocios), organización de carácter privado que buscaba dar carreras cortas ligadas a la dirección de empresas. Estas personas buscaban hacer uso de los edificios universitarios, ante lo cual el único beneficio para esta casa de estudios sería el alquiler de estos espacios.

La iniciativa no fue del agrado de varias personas estudiantes de Ciencias Económicas y Sociales quienes se pronunciaron abiertamente en contra. Sus preocupaciones se fundamentaron en el peligro que esto suponía para la educación superior pública, pues se podía estar frente al inicio de una privatización. Además, consideraron que su facultad podía impartir dichas carreras cortas, si esto se estimaba necesario, sin la necesidad de recurrir a instancias privadas.

En vista de un tibio pronunciamiento del Consejo Universitario, el estudiantado de Ciencias Sociales y Económicas escogió el camino de la huelga para hacer oír su voz. Pronto encontraron empatía en otras facultades, lo cual hizo crecer notablemente el movimiento. En cambio, algunas personas docentes detuvieron sus funciones en solidaridad con los docentes del ITAN.

Aún así, la mayoría de la comunidad universitaria parecía estar en contra de esta iniciativa, por lo cual el Consejo Universitario tomó un posicionamiento mucho más claro al darle prioridad a la creación de carreras cortas en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. No obstante, esto no significó el fin de este tipo de intereses dentro de la UCR, sino que zanjó una de las primeras discusiones acerca de la educación superior privada.

Hippies en la UCR

En mayo de 1968, el país recibió una visita que escandalizó a buena parte de la población. Un grupo de jóvenes extranjeros visitaron el país, quienes traían lo que ellos consideraban un mensaje de paz; no obstante, su apariencia y pensamiento fue lo que captó el interés de la prensa nacional. Decían creer en el vegetarianismo, en Francisco de Asís y se les atribuía fumar marihuana. Varios periódicos publicaron noticias sobre el peligro que estas personas podían significar para la juventud costarricense, pues podían llegar a ser un mal ejemplo.

Los periódicos dieron cuenta del respaldo hacia los “hippies en la UCR”. La República, 29 de mayo de 1968.

Una vez instaladas en el país, fueron víctimas del acoso por parte de la dirección de detectives, y llegaron a ser detenidas y puestas a las órdenes de las autoridades de seguridad. Inclusive, a los hombres del grupo se les cortó el cabello a la fuerza, pues se estimó que su imagen personal era inadecuada. Representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR) denunciaron los tratos inhumanos a los que fueron sometidas algunas personas durante los interrogatorios policiales, pues se les aplicaba el “chuzo eléctrico” y se les obligaba a sentarse en pedazos de hielo.

Después de puestas en libertad, estas personas fueron acogidas por la FEUCR, instancia que se mostró en contra del trato brindado por parte de las autoridades costarricenses. Sin embargo, esta no fue la única reacción universitaria; varias personas docentes expresaron su temor ‒ante el Consejo Universitario‒ de tener dentro de la institución a aquellos “hippies”. Asimismo, externaron que este era un mal precedente, pues permitiría al estudiantado dar asilo a otras personas que podían ser peligrosas, desde la percepción de las personas docentes.

En cambio, hubo personas a lo interno del Consejo Universitario que consideraron excesiva la atención brindada a este asunto; sostuvieron que este tema había sido acrecentado gracias a la prensa, sin implicar mayor riesgo. Resalta cómo a lo interno de este órgano fue aceptada la idea de que estos sucesos respondían también al contexto de agitación experimentado a nivel internacional.

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