Ventana "U"

1952: luchas universitarias en tiempos revueltos

Lic. Carlos Garita Víquez
Historiador, docente y administrador de la Educación no formal

Reportaje sobre la huelga universitaria. La República, 1° de octubre de 1952.

Durante años, el deseo por el cambio social ha sido albergado por las personas estudiantes. En el presente artículo, se presenta un episodio de lucha universitaria, en medio de la tensión política que envolvió al país luego de la última guerra civil.

Crispación en el ambiente: la posguerra costarricense

La década de 1940 trajo importantes conquistas para Costa Rica; no obstante, también estuvo marcada por la polarización social y la violencia política. Dichas tensiones desembocaron en el conflicto armado de 1948, el cual dividió al país y dejó como ganador al bando insurgente.

Aunque la guerra llegó a su fin, la sociedad costarricense continuó experimentando sus consecuencias. En los meses posteriores, se instauraron tribunales como el “de probidad” y el “de sanciones inmediatas”, que juzgaron el accionar de numerosas personas del bando perdedor.

La Universidad de Costa Rica (UCR) no se escapó de este ambiente, pues a lo interno de la institución diversas personas ‒tanto docentes como estudiantes‒ sufrieron persecución. Ejemplo de lo anterior fue la renuncia forzada del escritor Fabian Dobles a su puesto como profesor.

Con la llegada de la década de 1950, la sociedad costarricense trató de reponerse de las heridas aún abiertas. Los primeros años de dicho decenio se encuentran políticamente marcados por la administración de Otilio Ulate Blanco (1949-1953), la cual fue parte del ambiente de inestabilidad que se respiraba en el país. En concreto, en el mes de octubre de 1952, el presidente de la República decidió apartarse temporalmente de su cargo, en medio de una investigación legislativa sobre la actuación de altos mandos de la policía nacional, quienes habían sido militares.

Esta situación generó inseguridad en el país, pues los recientes acontecimientos bélicos eran recordatorios de la frágil situación política que aún se vivía. Entre tanto, la Asamblea Legislativa continuaba conociendo otros asuntos, tales como la reforma a la Ley de Construcciones.

Las personas profesionales buscaban un lugar en la sociedad costarricense

Durante las décadas de 1940 y 1950, el país presenció la entrada al mercado laboral de las primeras generaciones de graduados de la UCR. En concreto, antes de la creación de esta casa de estudios, profesiones como la ingeniería no eran impartidas en suelo nacional.

Si bien, la aportación que vino a realizar esta institución fue de gran importancia, la sociedad costarricense no se encontraba habituada a contar con las nuevas personas profesionales, pues antes su número había sido muy limitado. Por ejemplo, para ese momento, era posible concebir la construcción de una vivienda sin contar con el aval de una persona ingeniera.

Lo anterior se reflejó en la reforma a la Ley de Construcciones en 1952, pues este proyecto autorizaba a realizar construcciones sin asesoría técnica, siempre y cuando la obra no fuese de gran envergadura. Aunque inicialmente esto podía beneficiar a las personas de bajos recursos económicos, significaba un riesgo frente al embate de desastres naturales.

Un viaje hacia una protesta estudiantil

La respuesta del estudiantado de la UCR no se hizo esperar; el 30 de setiembre de dicho año, se declaró una huelga general en todas las facultades de la Institución. Así, se manifestó la solidaridad de las diferentes áreas profesionales hacia las personas estudiantes de la Facultad de Ingeniería.

Esta protesta estuvo coordinada por el Consejo Estudiantil Universitario, el cual publicó ‒en los medios de comunicación‒ su posición frente a lo que consideraban un atropello por parte del Congreso. Durante la primera noche de huelga, algunos estudiantes pasearon la Constitución Política dentro de un ataúd por las calles aledañas a la UCR, entonces ubicada en Barrio González Lahmann. Además, se montó una barricada en la vía frente a los edificios universitarios.

Al mismo tiempo, durante el periodo de huelga, el Consejo Estudiantil instaló una oficina dentro del espacio de la Radio Universitaria. El acceso a este medio de comunicación pudo ser de gran valor en la difusión de sus consignas.

Aunque las autoridades universitarias trataron de persuadir a quienes protestaban para que depusieran su movimiento, esto no rindió frutos. Inclusive, se convocó una asamblea estudiantil el día sábado 4 de octubre de 1952, en la cual se reafirmó la voluntad de seguir protestando.

Convocatoria a una asamblea estudiantil. Diario de Costa Rica, 4 de octubre de 1952

Mientras esto sucedía, la situación del país se agravaba, pues el presidente de la República Ulate Blanco se negaba a retornar a su cargo, ya que se había retirado a sus propiedades en la provincia de Guanacaste. Por ese motivo, el Consejo Universitario debió negociar con la persona que ocupaba la vicepresidencia del país para vetar la ley en disputa.

Un agridulce resultado

Durante la segunda semana de octubre de aquel año, se dio el esperado freno a la reforma legislativa. A pesar de que esto podría considerarse como una victoria para el estudiantado universitario, persistía el temor por la influencia que podían tener las decisiones políticas externas dentro del ambiente educativo.

Aunque la situación política del país se apaciguó progresivamente, los siguientes años demostrarían que la paz social estaba lejos de formar parte de la realidad costarricense. En concreto, años más tarde, la vida universitaria fue trastocada por la invasión de 1955.

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