El arte de emocionArte
Los museos como herramienta educativa en tiempos de Covid-19.

Mónica Paulina Mendoza Proaño
Maestría en Educación, mención Innovación y Liderazgo Educativo – MEILE7, Universidad Tecnológica Indoamérica
monica76mendoza@gmail.com

En tiempos de pandemia, la actividad de los museos se ha visto interrumpida; por un lado, ha afectado su supervivencia financiera y, por otro lado, ha limitado los espacios de aprendizaje. Solo algunos incrementaron sus actividades digitales para llevar una parte del museo a los hogares. En este escenario, la tecnología jugó un papel fundamental para mantener viva la experiencia que generan los museos. En este contexto, es necesario provocar vivencias que se lleven al aula y, por medio de estas, se generen espacios de emoción y aprendizaje.

El uso de estos espacios, desde la mediación para niños y niñas, permitió crear experiencias significativas con actividades lúdicas y educativas, y llevar la visita física y virtual a estos espacios.

Figura 1. Visita al MUNA de Quito, Ecuador

El museo en el aula de clases es una estrategia educativa que transporta a un estudiante a otra dimensión, en donde se cuentan historias memorables; son espacios inmersivos y sensoriales que generan emociones. Encontrar mediadores preparados para tal reto no es fácil, y prepararse como mediador para este reto tampoco. Lo imposible se hace posible, cuando se deja de buscar en el exterior lo que nuestro interior nos desea mostrar.

Desde esta reflexión, empieza una nueva didáctica en la mediación e interpretación para emocionar al estudiante. Hacer que el conocimiento del museo emocione a un niño ‒no solamente para el momento ameno y lúdico, sino para que pueda transformar vidas‒ puede desarrollar habilidades que le permitan enfrentar un mundo globalizado y cambiante, lo invite a reflexionar y cuestionarse sobre aspectos de su vida cotidiana, que es desde aquí donde empieza su mundo en la cotidianidad de su entorno.

Como podemos observar en la figura expuesta, son experiencias que se lograron con niños y niñas de edad preescolar; se visitó un museo nacional, donde por medio de la mediación se consiguió interpretar el conocimiento y provocar emociones, como la de navegar dentro del museo para conocer sobre nuestra cultura Manteña o visitar virtualmente el museo Smithsoniano para conocer los animales del ayer y hoy, durante la cuarentena. Con la visita virtual, se provocó un espacio de co-aprendizaje, donde padres e hijos se conectaron a través de esta visita con el conocimiento de sus ciudades y del mundo, lo cual propició la indagación, fortaleció el vínculo familiar y el trabajo en equipo, por ejemplo.

Estas interpretaciones se pueden lograr con mediadores que provoquen estas situaciones, que ven más allá de la visita de turno y se toman el tiempo para empatizar con sus visitantes. Esto se logra al articular recursos que inviten a los niños y niñas a romper el hielo y el silencio de un pasillo de museo, que inviten a imaginar un mar de emociones para aprender de historia, pero sobre todo que sea una aventura para ser recontada al regresar a casa, entre risas y sueño. Lo intocable se hace cercano, lo imposible se hace posible y, así, se desarrolla el Arte de emocionArte.

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